lunes, 2 de abril de 2012

I wanna love you.


    A ritmo de I wanna love you de Bob Marley la carretera se ve mejor. Te pones a mirar por la ventanilla y notas como el sol acaricia tu espalda y abriga tu mejilla. Un sol que parece querer brillar más que el invierno que ha pasado y a la primavera que está aquí, y al pensar en el frío que hace fuera hasta me da un respingo. Vuelvo a mirar a la carretera  y veo los coches que nos adelantan. Intento imaginar la vida de quien va dentro o las conversaciones que mantienen. Ahora somos nosotros quien adelantamos a otro coche en este va una familia con un niño que no parece sobrepasar los seis años. El niño al vernos empieza a hacer muecas a través de la ventanilla, la madre se da cuenta y le regaña pero yo también he vuelto ya a mi infancia y empiezo a entretener al niño que me mira, ríe y me señala para que su madre pueda verme.  La madre me ve y sonríe, también le parece divertido. Recuerdo cuando era una niña e iba en coche también saludaba a la gente que veía y me alegraba  de que me respondiesen, vamos no penséis que soy rara, todos sabemos que lo hemos hecho más de una vez.
    Hace un rato que pasamos a la familia y ahora solo me limito a ver el paisaje, bueno no es muy bonito que se diga, pero no pasa nada. Por el lado izquierdo aparece el morro azul de un coche que quiere adelantarnos. Vuelvo a fijarme en quien hay dentro. Una pareja joven sonríe mientras conversan ensimismados e intento adivinar su conversación, quiero creer que hablan sobre sus sueños, sobre todos los planes que ya han hecho juntos. Pero ese coche ya nos ha pasado y no puedo ver a la pareja, así que me dedico a imaginar lo que podrá ser de ellos. Eso es lo que me gusta de ir en coche puedes imaginar las vidas de los que pasan a tu alrededor.

domingo, 25 de marzo de 2012

Siempre podrás salir de allí.

   Amarga soledad que abordas ponzoñosa las venas tanto de ancianos cómo jóvenes y corroes el alma sumiéndola en las más silenciosas de las oscuridades. Encerrando corazones entre barrotes de perjuicios como si de una cárcel se tratase desde que la humanidad es humanidad.
   Soledad derrotas a todo, eliges a quien tu deseas y te apoderas de ellos en lo más hondo, en lo oscuro, en lo silencioso. La soledad te puede devorar por dentro, volverte alguien oscuro, incluso volverte loco/a.
   La soledad puede al dinero, al poder, a la enfermedad pero hay un sentimiento que combate contra ella, que la hace débil, insignificante, que es más fuerte que ella. Es el amor. Así que siempre que no encuentres aliento en la oscuridad, recuerda el amor. siempre habrá alguien que te ayudará a salir de esta que te protegerá de ella. Será como un héroe para ti, alguien a quien admiras y quieres. Que siempre se mantendrá allí para rescatarte.
   Porque todo el mundo tiene miedo a la soledad, aunque no todo el mundo lo admite porque esto nos hace vulnerables.
   

lunes, 12 de marzo de 2012

Microrelato: El secreto de Adam Walles.

   Nadie sabía  que  contenía la maleta de Adam Walles. Nadie había visto lo que había dentro.  Adam Walles era un joven de 19 años autista. Yo le conocía desde los 3 años y parecía ser importante para él igual que él para mí. Siempre llevaba esa maleta con él y no la mostraba a nadie, no se separaba de ella ni un segundo.
    Él caminaba por el parque despreocupado absorto en quién sabe qué pensamiento con una libreta en la mano y allí encerrado en sí mismo y observando la realidad que le rodeaba y las personas que pasaban a su lado garabateaba en la libreta. Conocía a Adam tanto tiempo, realmente era una pieza importante en mi vida.
   La pasada primavera Adam murió, aún no lo he superado, no he llegado afrontarlo totalmente, pero hoy he decido sobreponerme y abrir un paquete que dejó para mí. Era su maleta, me había legado su secreto. Con la maleta había una pequeña nota. Jugueteé nerviosa con ella entre mis manos y después comencé a leer.
 “Todos esos pequeños detalles en los cuales la gente no se fijan son los que hacen de esta vida una experiencia maravillosa. Cada detalle es una historia.”
   Entonces con un nudo en la garganta, las manos sudorosas y los ojos encharcados abrí la maleta. En ella miles de hojas esperaban ser leídas.  Adam  había escrito sobre la gente que veía, sobre la gente que amaba. Su esencia residía allí, su vida entera estaba allí. La maleta era su memoria y sus ojos.

Microrelato: Café por la mañana.

   12 de la mañana, hora punta del día. Nos encontramos en un café, toda la gente que allí está bebe apresuradamente el café mientras conversa con su compañero/a, otros están solos. Algunos sentados en pequeñas mesitas y otros con tanta prisa que no tienen ni un solo segundo para sentarse así que toman su café apoyados en la barra.
   Pero él sentado en una silla aparte observa a la gente, una madre intentando consolar a un niño que llora a todo pulmón con un helado de vainilla, dos viejas amigas que se reencuentran y una joven que espera a alguien. Pero tú como cada día tomas tu café relajado y  ajeno al tiempo, leyendo en un periódico las noticias del día. Como todos los días has llegado hasta el café, has pedido educadamente tu desayuno a ese camarero que te conoce desde siempre, has vuelto a tu sitio y dejado tu sobrero junto a una rosa en la silla de al lado.  Miro en tu rostro, un rostro de experiencia, de sabiduría, un rostro al cual las marcas de expresión le sientan bien, ya que hablan sobre una vida llena de felicidad según dicen.
  Pregunto a la gente por ti y me contestan que todos los días pasas allí alrededor de dos horas esperando a una mujer que nunca llega, esperándola a ella, la mujer de tu vida, a la que tanto quieres, pero se ha marchado. Ellos hablan sobre lo feliz que se os veía, que siempre habíais estado juntos, pero ella ya no está.  Finalmente pagas la cuenta y te vas dejando un rosa y una nota.  “Anna, te echo de menos. PD: Te quiero”

domingo, 29 de enero de 2012

Imprescindible, único, maravilloso.

A veces la gente simplemente te quiere hacer creer que eres un bicho raro, que no tienes un sitio, alguien diferente, alguien que no encaja. No, simplemente de eso se trata no debes ser igual a NADIE, tienes que ser único, imprescindible para ti mismo, maravilloso cómo todos somos, mágicos, con una propia esencia, ESPECIALES. Debes creer en ti sobre todo, aceptarte como eres porque ese eres tú, alguien que sí que vale la pena. Créeme encontrarás personas que realmente te quieran, por que habrán visto la verdad de como eres.

sábado, 31 de diciembre de 2011

Gracias y adiós 2011.

Recapitulemos volvamos al principio.  Vuelves al principio del año y te das cuenta de todo lo que ha pasado en él, de que ha sido un gran año, de que los recuerdos se guardan ahí, año en el que también ha habido momentos malos  pero que estos ya han quedado en el pasado.  Has conocido a gente que ha marcado tu vida, gente que quieres recordar siempre, gente a la cual guardas un trocito de corazón, a la que echas de menos y añoras, gente a la que quieres y te ha enseñado otro punto de vista otra manera nueva de ver el mundo y cosas que no sabías, ha algunos de ellos los podrás volver a ver pronto pero otros guardas la esperanza de volver a verlos. Pero también sigue la gente de siempre, la que está ahí para todo, la que te aconseja, la que te apoya, la que te quiere y a la que quieres, gente con la cual has crecido.
    Y te das cuenta también de que con el tiempo, los errores y tu pasado maduras, que cambias tu punto de vista, que te propones nuevas metas, nuevos sitios, que sientes que te comes el mundo y dejas los miedos a un lado. El 2011 ha sido también un año de cambios, cambios a mejor, nuevos ambientes y como he dicho antes también nuevas personas. 
¿Un año perdido? No yo diría un año ganado, un año de experiencia, de alegría, de felicidad. Porque aunque también lo haya pasado mal en muchas ocasiones lo he sabido superar, con paciencia y el olvido pero lo que reside nunca es lo malo.
¿Qué le pido al 2012? Me vale con que sea la mitad de este.